El 22 de Septiembre la Iglesia conmemora a los mártires de la guerra civil española, acaecida entre los años 1936 y 1939.
El Papa Juan Pablo II, el 11 de Marzo de 2001, realizó la ceremonia de beatificación de estos mártires. La homilía dada por el Papa, destaca la figura del sacerdote José Aparicio Sanz, quien estuvo a la cabeza de la lucha y junto a los demás compañeros que soportaron la persecución religiosa que sufría España. Estos mártires fueron asesinados por defender la Verdad de Cristo, por defender su Fe, por participar activamente en la Iglesia.
Todos los mártires antes de morir perdonaron a sus verdugos, según consta en los procesos canónigos para su declaración.
El grupo tan grande y heterogéneo estaba compuesto por sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas, padres de familias, jóvenes laicos. Todos unidos por el amor a Cristo.
“… Treinta y ocho sacerdotes de la Archidiócesis de Valencia, junto con un numeroso grupo de hombres y mujeres de la Acción Católica también de Valencia; dieciocho domínicos y dos sacerdotes de la Archidiócesis de Zaragoza; cuatro Frailes Menores Franciscanos y seis Frailes Menores Franciscanos Conventuales; trece Frailes Menores Capuchinos, con cuatro Religiosas Capuchinas y una Agustina Descalza; once Jesuitas con un joven laico; treinta y dos Salesianos y dos Hijas de María Auxiliadora; diecinueve Terciarios Capuchinos con una cooperadora laica; un sacerdote Dehoniano; el Capellán de Colegio La Salle de la Bonanova, de Barcelona, con cinco Hermanos de las Escuelas Cristianas; veinticuatro Carmelitas de la Caridad; una Religiosa Servita; seis Religiosas Escolapias con dos cooperadoras laicas provenientes estas últimas del Uruguay y primeras beatas de ese país latinoamericano; dos Hermanitas de los Ancianos Desamparados; tres Terciarias Capuchinas de Nuestra Señora de los Dolores; una Misionera Claretiana; y, en fin, el joven Francisco Castelló i Aleu, de la Acción Católica de Lleida”
El Papa tuvo especialmente palabras en su homilía para las siguientes personas.
María Teresa Ferragud
María Teresa Ferragud, de 83 años, fue arrestada junto a sus cuatro hijas religiosas contemplativas y condenadas a muerte. El dia 25 de Octubre de 1936, María pidió ser ejecutada en último lugar, para estar al lado de cada una de sus hijas y acompañarlas en el momento de su muerte, para que su Fe no se vea doblegada ante el temor a morir.
Los verdugos que las ejecutaron destacaron la fortaleza y santidad de la anciana.
Jóvenes valientes y auténticos
Francisco Alacreu, joven “de veintidós años, químico de profesión, y miembro de la Acción Católica, que consciente de la gravedad del momento no quiso esconderse, sino ofrecer su juventud en sacrificio de amor a Dios y a los hermanos, dejándonos tres cartas, ejemplo de fortaleza, generosidad, serenidad y alegría, escritas, instantes antes de morir, a sus hermanas, a su director espiritual y a quien fuera su novia”
Finalmente, está la historia del recién ordenado sacerdote Germán Gozalbo, de veintitrés años, fusilado sólo “dos meses después de haber celebrado su primera Misa”
Mártires comprometidos con la defensa de la Fe Cristiana, los primeros beatos del Tercer Milenio.
Psicopedagoga Gabriela Rosas
josenizzo.info