El máximo solar es un fenómeno que se encuentra dentro de un ciclo solar, que ocurre cada 11 años aproximadamente e incluye el mínimo y el máximo solar, este último ocurre cuando el Sol alcanza su mayor nivel de actividad y su campo magnético se invierte. Esto produce una mayor cantidad de manchas solares, llamaradas y eyecciones de masa coronal, que son explosiones de plasma y radiación que llegan a la Tierra.
En lo que va del año, los fenómenos relacionados al sol fueron más persistentes e intensos. Luego de una explosión que provoca la eyección de masa coronal, el plasma y la ionización viajan violenta y velozmente ingresando a la Tierra, provocando efectos en los organismos, incluidos el hombre. El interés que despierta dicho fenómeno es que actualmente nos exponemos a grandes dosis radioactivas que se han ido sumando y dicha acumulación provoca síntomas y afecta agresivamente a nuestra salud.

Los efectos de este fenómeno en la Tierra dependen de la intensidad y la dirección de las tormentas solares que lo acompañan. Algunos de ellos pueden ser:
- Aumento de la ionización de la atmósfera superior, que interfiere con las comunicaciones de radio, los satélites e internet.
- Daños en los sistemas eléctricos y las redes de distribución, que puede provocar apagones masivos y afectar a la infraestructura crítica.
- Incremento de la radiación cósmica, que representa un riesgo para la salud de los astronautas, los pasajeros y la tripulación de los aviones en vuelos transatlánticos, y las personas que viven cerca de los polos.
- Aumento de la temperatura y la densidad del aire, que puede alterar las órbitas de los satélites y generar más basura espacial.
- Mayor frecuencia e intensidad de las auroras boreales y australes, que son espectáculos luminosos producidos por el choque de las partículas solares con el campo magnético terrestre.
Los científicos estiman que el próximo máximo solar tendrá lugar entre el año 2024 y el 2025, y que será más intenso que el anterior, que ocurrió entre 2012 y 2014. Por eso, es importante estar preparados y monitorear constantemente la actividad solar para prevenir y mitigar sus posibles consecuencias.

La ionización es el proceso por el cual los átomos ganan o pierden electrones, adquiriendo así una carga eléctrica positiva o negativa. Los átomos con carga eléctrica se llaman iones. La ionización puede ocurrir por fenómenos naturales o artificiales, como los rayos cósmicos, los rayos ultravioleta, las sustancias radioactivas, las tormentas, las cataratas, las olas del mar, los aparatos eléctricos, las antenas de telecomunicaciones, etc.
La ionización del aire tiene efectos sobre la salud humana, tanto positivos como negativos, dependiendo del tipo y la cantidad de iones presentes.
Los iones negativos tienen un efecto beneficioso para el organismo, ya que favorecen la producción de serotonina, una hormona que regula el estado de ánimo, el sueño y el apetito. Los iones negativos también mejoran la función respiratoria, la circulación sanguínea, el sistema inmunológico y la capacidad de concentración.
Los iones negativos se encuentran en mayor proporción en ambientes naturales como el campo, el bosque, el mar o las montañas.
Los iones positivos, en cambio, tienen un efecto perjudicial para la salud humana, ya que aumentan la producción de adrenalina, una hormona que genera estrés, ansiedad y agresividad.
Los iones positivos también alteran el equilibrio hormonal, el ritmo cardíaco, la presión arterial, la coagulación sanguínea y la función nerviosa.
Los iones positivos se encuentran en mayor proporción en ambientes urbanos contaminados por el humo, el polvo, los gases y las ondas electromagnéticas.
El exceso de exposición a la radiación ionizante puede causar daños en el ADN de las células, lo que puede provocar mutaciones genéticas, cáncer y otras enfermedades.
La radiación ionizante puede tener efectos agudos o crónicos, dependiendo de la dosis y el tiempo de exposición.
Los efectos agudos pueden incluir quemaduras en la piel, náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de cabello, hemorragias internas y síndrome de irradiación aguda.
Los efectos crónicos pueden incluir cataratas, leucemia, tumores sólidos y alteraciones del sistema reproductivo y enfermedades degenerativas.

Recomendaciones para protegerse de los efectos nocivos de la ionización
Para protegerse de los efectos nocivos de la ionización sobre la salud humana se recomienda:
- Alejarse de las fuentes de contaminación electromagnética como los teléfonos celulares, las antenas de telefonía celular, los hornos microondas o los televisores.
- Reducir el tiempo de exposición solar sobre todo en las horas de mayor incidencia.
- Aumentar la exposición a fuentes naturales de iones negativos como las plantas verdes, las fuentes de agua o los purificadores de aire ionizantes.
- Mantener una dieta equilibrada y rica en antioxidantes como las frutas, las verduras o el té verde para combatir los radicales libres generados por la radiación ionizante.
- Practicar ejercicio físico moderado y regular para mejorar la circulación sanguínea y el sistema inmunológico.
- Relajarse para reducir el estrés y aumentar el bienestar emocional.
- Descansar más y mejorar las horas de sueño.
- El uso de zeolita es altamente recomendado para eliminar la radiación por metales pesados y fortalecer el sistema de defensas del organismo.
José Nizzo
josenizzo.info